Odie estuvo a punto de morir, pero logró bajar más de 22 kilogramos y hoy disfruta su vida.

Pusieron a dieta al perro más gordo del mundo y en tan solo un año el perro logró perder 22 kilos y desde el segundo semestre de 2013 Obie tiene un saludable cuerpo de 11 kilos. Como consecuencia de la pérdida de peso, el canino debió ser sometido a una cirugía para cortarle la piel que le sobró luego de adelgazar.
Nora Diamond, la veterinaria que lo adopto y salvó, explicó que la obesidad del perro es fruto de una alimentación excesiva y falta de amor. Ella implementó una dieta rigurosa, un programa de ejercicios diarios, le consiguió dos 'hermanos' y se encargó de darle amor a Obie.
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