Sucesión de chambonadas
Todos los acontecimientos parecen indicar que la municipalización de nuestro
balneario Las Grutas está más cerca de concretarse de lo que jamás haya estado.
El abierto respaldo del gobierno provincial a esta secesión de nuestra
comunidad, tanto del propio gobernador Alberto Weretilneck, como de la
Legislatura provincial, indican que, salvo acciones judiciales en instancias
provinciales y nacionales de recurso y alzada, en definitiva dilatorias, que a
la postre permitieran el encuadre definitivo de esta cuestión, no tendría “vuelta atrás”.
Los argumentos que esgrimen desde hace años no quieren ser sanantonienses,
no son para nada diferentes a los que pueda alegar cualquier otro vecino de nuestra
ciudad o nuestro puerto de ultramar, toda vez que el municipio siempre jugo a
la “sabana corta” es decir, si me tapo la cabeza, quedan al aire los pies, por
lo que la acción de la comuna siempre se aplicó, aun en favor de Las Grutas de
Noviembre a Semana Santa, en desmedro del resto del ejido municipal.
Desde hace casi 30 años, he visto, vivido y sufrido la reducción al mínimo
indispensable de la acción municipal en nuestra ciudad y el puerto, porque se ponía
“toda la carne a la parrilla” para nuestro balneario, y está bien que así sea,
porque es el núcleo principal de nuestra oferta turística y gracias a eso
muchos convecinos de todo el ejido encuentran trabajo y la economía local
funciona a pleno. En base a esta demanda siempre vimos opacarse o disminuirse
al mínimo posible la acción comunal y se aceptó o no hubo más remedio que
hacerlo sin la menor posibilidad de discutirlo.
Soy un convencido que la secesión grutense es hija dilecta de la sucesión,
sin solución de continuidad, de las chambonadas de los intendentes y sus
equipos que ejercieron desde Brown 286 en las últimas dos décadas sus
magistraturas, y que, por acción u omisión, terminaron dando razón a la intención
de quienes quieren abandonar nuestra comunidad.
No es concebible, habida cuenta el desarrollo y necesidades de la comunidad
grutense que el intendente y los miembros de su gabinete no se constituyan y
trabajen un par de días por semana en el balneario para estar “al pie de la
vaca” atendiendo las demandas, necesidades y propuestas de sus vecinos. Tampoco
que el Concejo Deliberante no sesione al menos una vez al ,mes en el balneario,
como para hacerle sentir al vecino que lo consideran, que lo tienen en cuenta,
que le importa su sentir y pensar, nada, solo la absurda porfía de continuar agrandando
la brecha.
El actual gobierno municipal, que en poco más o menos de 100 días dejará a
su sucesor natural hasta el 1 de abril, Javier Iud, tuvo literalmente la “suma
del poder público” con mayoría y quorum propio en el legislativo municipal, como
para haber actuado preventivamente desde el plexo normativo, pero salvo puntuales
e interesados temas, dejó pasar la oportunidad y la herramienta que hubiera
allanado toda esta controversia, como el haber implementado la elección de los
delegados municipales.
A la falta de acción municipal aducida por los secesionistas, debe sumarse
la falta de acción política por parte de intendentes, concejales, funcionarios y hasta de nosotros como vecinos
que dejamos “el campo orégano” a estos, que a diferencia, si la hicieron y
fueron muy porfiados y trabajadores.
Mientras ellos no bajaron la guardia y astutamente desplazaron a aquellos “mascarones
de proa” que ofendían, insultaban y confrontaban estérilmente a quienes no
pensaban como ellos, para reemplazarlos por vecinos dialoguistas y conciliadores,
avanzaron exitosamente en sus intenciones, logrando el respaldo que el gobierno
municipal casi ni buscó.
De nada valdrá “llorar sobre la leche derramada”, pareciera que “la suerte está
echada” y salvo apelar, consensuar, articular y lo que sea necesario como para preservar
la geografía de nuestra comunidad amputada, nuestros gobernantes municipales deberán
poner de si lo mejor de las capacidades disponibles, aun las de quienes no comulgan ideológicamente
con ellos, para reducir al mínimo el impacto que la división de nuestro ejido producirá.
Ya hubo mucha miopía, egoísmo y tozudez, es hora de grandezas y mirada amplia
superando a los chambones y delinear que dejaremos a los nietos de nuestros
nietos, ellos serán los jueces de lo que aquí y ahora se haga. Julio
Ramón ALCALDE
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