¿SAO productor de vino?
No hace mucho escribí en este blog que la finalización de las obras viales del “El Cruce” de las rutas nacionales 3 y 251, constituía “el nuevo desafío sanantoniense”, y que exigía que autoridades y vecinos debíamos estar muy atentos para prevenir y administrar el futuro desarrollo que el nuevo esquema vial brindaría a ese sector de nuestra comunidad, como lo señala y reivindica nuestra Carta Orgánica Municipal.
Cuando todavía está fresca la tinta de aquella nota de opinión, que también fue “levantada” y comentada por la mayoría de los medios de comunicación de nuestra ciudad, estoy en condiciones de afirmar que estaría en proceso de organización y puesta en marcha un proyecto empresarial, a través del cual no solo se incorporarían nuevas prácticas agrícolas, sino también se produciría vino de alto nivel, que prometería una positiva e importante revolución socioeconómica de alto e impensado impacto comunitario.
Por la información que dispongo de fuentes de muy alta confiabilidad, mientras las máquinas y obreros se afanan en avanzar con el nuevo sistema vial que pondrá en activo – habida cuenta la estratégica ubicación del viejo cruce – un importante potencial de servicios y bienes, un empresario de nacionalidad Francesa, habría adquirido y asociado con un importante productor vecino de nuestra comunidad, para poner en marcha la implantación de los viñedos y la construcción y montaje de una bodega vitivinícola de última generación.
Las mismas fuentes señalan que el emprendimiento no solo contaría para producir vino con sus propios viñedos, sino que a medida que el proyecto vaya avanzando, adquiriría uvas a o productores que quisieran sumarse bajo el régimen -muy común en Cuyo y el NOA- de “maquila”, para lo cual los apoyarían brindándoles el “Know How” de tal propósito.
Ya el simple y novedoso hecho de un solo establecimiento productor de uva y vino, sería una buena y gran noticia para los sanantonienses, toda vez que la vitivinicultura es una actividad compleja y de gran demanda de mano de obra, a la que habrá que capacitar y poner en condiciones de desempeñarse, no es menos cierto que si se lograra que al emprendimiento original se sumaran otros productores que arriesguen e inviertan para transformar nuestro seco y semiárido “desierto costero”, el impacto sería mucho mayor e importante.
Es importante señalar que al respecto la experiencia de “Olivos Patagónicos” en Las Grutas, habría sido decisoria para este nuevo proyecto, que de hecho sería imitado en buena parte, porque bueno es recordar que al monte olivícola original, con el paso del tiempo se sumaron otros establecimientos rurales de la zona que hoy abastecen y proveen a esta empresa de aceitunas con las que se elabora el aceite de oliva más austral del mundo.
Como queda visto entonces, el nuevo desafío, el progreso en definitiva, está golpeando nuestra puerta, y mas aquí o mas allá deberemos atenderlo y como corresponde, porque llegan para traer, no para llevarse.
Hace unos años, en la radio frente a la puesta en marcha de “Olivos Patagónicos” me preguntaba ¿tendremos que acostumbrarnos a convivir con vecinos de profesión y oficio “Agricultor”, es decir aquel que trabaja la tierra y logra sus frutos?
Pues bien ya tenemos algunos, en poco tiempo se sumarian otros mas, y no sería osado pensar que en un futuro no muy lejano, no solo tengamos en nuestras mesas un vino local, sino que al igual que nos acostumbramos a ver lanchas y otros elementos de nuestros pescadores, veamos circular tractores, curadoras y otros vehículos del rubro, y a nuestros hijos y nietos rumbear con una azada, pala u otra herramienta al hombro hacia el poniente, a lograr con su sudor que nuestro suelo arenoso y seco dé sus frutos. Julio Ramón Alcalde
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