jueves, 5 de septiembre de 2013

Multiplicar los peces

Esto Creo:

Los Rionegrinos, por gracia de la providencia, contamos en nuestra geografía con un acervo variado y rico, que entre nuestros valles, montañas, ríos y meseta “en tierra firme”, cuenta además con 20 mil kilómetros de un verdadero “mare nostrum”, la mayor parte del Golfo San Matías, pero a éste ni nativos ni arribados, lo consideramos como propio, ni parte importante de nuestro futuro y  heredad.
Hasta el autor de nuestro himno provincial, el Padre Entraigas, lo omitió, pues en sus estrofas menciona: “el valle, el río, la pampa y los andes...” y tanto habitantes como autoridades solo lo visualizamos por sus atractivos turístico / paisajístico, como elemento determinante de la meteorología regional, y quizá intuyamos algo de su potencial productivo.
Esta verdadera “Pampa Amarga” genera anualmente casi 20 mil toneladas de Merluza Hubbsi, principal especie objetivo de toda la costa argentina, “Pescable”  y otras tantas de lo que se denomina “fauna acompañante”, es decir otras especies ícticas permanentes o estacionales capturadas junto a la primera, y un generoso volumen de mariscos y moluscos en sus aguas e intermareal que constituyen un gran capital.
Si bien la pesca rionegrina y argentina  no están atravesando su mejor momento por cuestiones ajenas a la producción, ya que literalmente se “cerraron” los principales mercados de nuestros productos, no es menos cierto que en los últimos tiempos una sorpresiva e inédita “zafra” de Langostino, puso en movimiento al sector artesanal, a la que se suma la extracción de Vieyras por estos días, sus alcances no llegan a toda la comunidad pesquera y son tripulantes y empresarios los que más  se benefician con estas capturas.
San Antonio Oeste, cuenta con un importante conjunto de trabajadores del sector fabril que por generaciones elabora las capturas de la flota arrastrera, artesanal, de buzos y recolectores costeros. Llegamos a tener un millar de estos obreros en actividad y hasta afirmábamos, no hace mucho, que una de cada cuatro familias residentes estaba vinculada a la actividad pesquera en todas sus escalas y por la vía directa o indirecta y esa bonanza laboral, se veía reflejada a lo largo y a lo ancho de la economía comunitaria.
Hoy la actividad de flota y artesanales ocupa apenas a unos 200 obreros fabriles y hay un importante conjunto de trabajadores con alta especialización y gran manejo del “Know How” de esas y otras especies, que desde hace años no encuentra donde aplicar su baquía y ganar su sustento.
Ante este cuadro hay otra realidad que bien podría atender necesidades y brindar soluciones muy efectivas, no solo al sector pesquero, sino a muchos comprovincianos.
La provincia de Río Negro, debe asistir alimentariamente a escuelas, hospitales, cárceles, hogares de ancianos e instituciones sociales, comisarías, planes y asistencia sociales, comedores comunitarios, etc.
Fuera de toda discusión los productos de la pesca están considerados entre los alimentos más saludables, y no debe haber médico que no recomiende a sus pacientes la ingesta de al menos dos veces por semana de alimentos de ese origen.
Frente a este panorama bien cabe la sentencia, que la suma de necesidades genera oportunidades, y como decían sabiamente nuestras abuelas: “a buen hambre no hay pan duro”, por lo que la conjunción de demanda laboral con demanda alimentaria bien pueden articularse para satisfacerse recíprocamente para que los obreros desocupados trabajen y los que necesitan alimentarse, saciarlo saludablemente.

La provincia bien puede organizar y poner en marca los correspondientes mecanismo en las áreas de gestión y control competentes, y en base a esa articulación, lograr una efectiva solución a  por lo menos tres problemas que tiene la obligación de atender: empleo, hambre y salud, reproduciendo parte del milagro de Jesús que refieren las sagradas escrituras: “Multiplicar los peces”. Julio Ramón ALCALDE.-  

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