lunes, 21 de octubre de 2013

Alerta por las enfermedades mentales ocasionadas por Internet

Un estudio muestra los trastornos generados por el exceso de comunicación digital


La nomo-fobia o la fobia a no tener móvil, el síndrome de la llamada fantasma, adicción a internet, a los juegos online, la ciberhipocondría, el cibermareo, el efecto Google, la Facebook-depresión, aparecen esta lista de enfermedades mentales que sufren numerosas personas, según ha publicado el portal de tecnología TechHive. El informe ha generado un alerta en relación a los trastornos generados por Internet.
Síndrome de la llamada fantasma: ¿Alguna vez ha llegado a que el teléfono vibra en el bolsillo, pero te das cuenta de que ha estado en silencio todo el tiempo, o peor aún, que ni siquiera lo tenáis en el bolsillo. El 70 % de las personas que se definen como fuertes usuarios móviles ​​han explicado que sienten la vibración del móvil en el bolsillo. Es todo gracias a mecanismos de respuesta fuera de lugar en nuestro cerebro, según el Doctor Larry Rosen, autor del libro iDisorder. 
"Hemos creado nuestro mundo social atado a esta cajita en el bolsillo. Por lo que cada vez que sentimos alguna señal en la pierna se obtiene una explosión de neurotransmisores de nuestro cerebro que puede causar ansiedad o placer", dice el experto. En el futuro, es posible que los nuevos formatos móviles como Google Glass nos notifiquen de manera visual y nuestros cerebros pueden ver cosas que no existen. 
Nomofobia: La ansiedad que se siente de no tener acceso a un dispositivo móvil. El término "nomofobia" es una abreviatura de " fobia no- móvil". ¿Conoces esa sensación horrible cuando el teléfono se queda sin batería y no hay enchufes a la vista? Hay un camino entre esa incómoda sensación de privación tecnológica y el sucesivo ataque de ansiedad. "Somos como los perros de Pavlov. Ves a la gente sacar sus teléfonos y dos minutos después lo vuelven a hacer, aunque no haya sonado. Eso es impulsado por una acción refleja, así como por la ansiedad de no querer perder nada", explicó Rosen. 
Cybermareo: Expresión acuñada en los 90 cuando comienzan a fabricarse los primeros videojuegos de realidad virtual que provocaban mareos y desorientación en los usuarios, una sensación similar a la que sufren personas que viajan a gran velocidad. Facebook-depresión: La depresión causada por las interacciones sociales , o la falta de ella. Un estudio de la Universidad de Michigan revela que la depresión entre los jóvenes es directamente proporcional con la cantidad de tiempo que pasan en Facebook. Una posible razón es que la gente tiende a publicar sólo buenas noticias sobre ellos mismos en la red social: Vacaciones, promociones , fotos del partido, etc. Esto puede erronéamente llevar a pensar que todo el mundo está llevando vidas más felices y exitosas que la tuya. 
Adicción a internet: Es el uso excesivo de Internet o la necesidad de estar conectados siempre, a tal punto que interfiere en la vida diaria de forma enfermiza. Adicción a los juegos online: El 8% de la población coreana de entre 9 y 39 años sufre, según datos oficiales. El Gobierno ha promulgado la llamada "Ley de Cenicienta", que corta el acceso a los juegos online desde la medianoche a las seis de la mañana a usuarios menores de 16 años. En EEUU una organización de jugaadores online ha promovido un programa de 12 pasos para "desengancharse" del juego en la red, similar al de alcohólicos anónimos. 
Ciberhipocondria: Los que sufren este trastorno al primer dolor de cabeza están convencidos de que tienene alguna enfermedad grave que han visto, investigado y leído en los foros de médicos y páginas de medicina. "Internet puede exacerbar sentimientos existentes de la hipocondría y en algunos casos provocar nuevas ansiedades", advierten los expertos. El efecto 
Google: El acceso ilimitado a la información ha provocado que nuestro cerebro no se esfuerce para retener información. Nos da pereza. "En algún lugar de nuestra mente, piensa: " no tengo que memorizar esto porque puedo buscarlo en Google más tarde. " Los seres humanos somos todavía tenemos mucho en común con las criaturas inferiores. En términos evolutivos hemos sido lanzado con bastante rapidez a un nuevo mundo digital a la que nuestros cerebros se dan prisa por adaptarse. Según los psiquiatras algunas de las aflicciones que sufrimos pueden revelar que el proceso de adaptación aún no ha terminado.

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