Ciencia
Son 14.600 pero solo se
identifica a 300
Niños Superdotados: el riesgo de que la escuela no los
detecte
Tienen altos coeficientes
intelectuales, pero, lejos de ser genios y exitosos, su felicidad depende de si
reciben estímulos y compañía de las familias.
cecilia farre
Aprenden
a leer solos antes de los cuatro años, hacen muchas preguntas sobre temas
complejos y dicen que se aburren en
la escuela. Sin embargo, a pesar de estas características sobresalientes, la
mayoría de los chicos con alto potencial intelectual
no son detectados por el sistema educativo.
Según laOMS, el 2,3 % de la
población tiene o supera 130 de coeficiente
intelectual (CI), pero apenas el 2% es identificado como tal. “Si en el país
nacen unas 730 mil personas al año, 14.600
poseen alta capacidad intelectual y 14.300 quedan sin identificar”, expresó
Gabriel Vulej, ex presidente de Mensa Argentina, la asociación que reúne a personas de CI alto.
Paloma aprendió a los 4 años a tocar el violín y ahora estudia
chino. “Cuesta un montón detectarlos y no hay una política educativa que busque
identificar a los niños diferentes hacia arriba. Existe la atención al niño diferente
hacia abajo, ahora nos falta integrar realmente en el aula común al niño con altas
capacidades atendiendo sus necesidades”, comentó Mariela Vergara Panzeri directora del Centro para el Desarrollo
del Alto Potencial.
La semana pasada el tema fue eje del encuentro “El valor de la
inteligencia de niños y jóvenes”, organizado por la Red Argentino-Americana para el Liderazgo, junto a Creaidea y Mensa.
Precisamente, allí se debatió un plan para identificar y recuperar talentos.
Desfasaje.
En los primeros años de vida son los padres y los pediatras
quienes pueden detectar signos que llaman la atención como saber el abecedario o
los colores con menos de dos años; demandar mucha información; contar con un
interés temprano por los números o una capacidad de memoria elevada. Existen
planillas con preguntas de valor estadístico que sirven para que padres,
docentes y pediatras puedan suponer, de acuerdo al puntaje obtenido, si están
frente a un chico superdotado. Luego de esto, sigue la identificación a cargo
de un psicólogo o un psicopedagogo que realiza pruebas de inteligencia,
creatividad y aspectos emocionales y sociales.
Vergara Panzeri explicó que “estos chicos están desfasados con sus
pares en tres o cuatro años y eso genera que tengan necesidades educativas especiales. Hay dos formas de intervenir en
el país: el enriquecimiento curricular y la aceleración”.
En el enriquecimiento curricular el niño comparte con el grupo de
su misma edad pero la maestra le prepara actividades más complejas para que tenga desafíos. La otra opción es más
difícil y poco frecuente en el país y consiste en acelerar un año de
escolaridad. “Para poder hacer eso el niño debe estar muy ajustado en lo emocional
y lo social”, aclaró Vergara Panzeri y agregó que en el país hay pocas escuelas para estos casos.
“Existe el mito del chico con un alto CI que es un genio y tiene
el éxito asegurado, pero no es así, y para las familias es toda una problemática”, destacó Héctor Roldán, quien descubrió
a los 40 años que formaba parte de ese 2% de superdotados y hoy es uno de los fundadores de Creaidea, una
asociación en la que estos chicos pueden jugar y sus padres encontrar contención. Es que no basta sólo con identificar estos
niños con alto CI. Como en el caso de Bruno, de 7 años.
El año pasado, sus papás descubrieron que la causa de sus distracciones en la escuela era su CI alto. “A partir de saber eso, empieza una cuestión desconocida para los padres para ver cómo ayudarlo.
El año pasado, sus papás descubrieron que la causa de sus distracciones en la escuela era su CI alto. “A partir de saber eso, empieza una cuestión desconocida para los padres para ver cómo ayudarlo.
Los colegios son indiferentes al tema, no se ocupan o lo niegan”,
concluyó Marcia Barneche, su mamá. n
Un cerebro distinto al del resto
La s persona s que tienen un coeficiente intelectual (CI ) elevado
cuentan con un cerebro distinto al del resto. Estas diferencias pueden
observarse con tecnologías utilizadas para hacer estudios como la resonancia
magnética nuclear o la tomografía por emisión de positrones. “Estos cerebros
poseen una maduración y plasticidad más eficiente.
Hay mayor número de conexiones neuronales y también son más específicas”,
explicó Claudio Waisburg, jefe del Departamento de Neurología Infantojuvenil del
Instituto de Neurología Cognitiva.
Los estudios permiten ver cómo en un cerebro superdotado se ilumina
de forma más intensa y en zonas más amplias, en especial las de las regiones frontales
y prefrontales vinculadas con las funciones ejecutivas.
“Estas funciones regulan las operaciones, son como un director de
orquesta”, describió Waisburg, es por eso que pueden resolver todo más rápido.
El CI que se tiene desde niño no varía mucho en estos casos, pero “la
estimulación neurocognitiva hace que pueda funcionar
a su cien por ciento”.
Domingo 21 de abril de 2013 – Diario Perfil Página 40.
No hay comentarios:
Publicar un comentario