Una
verdadera radiografía de la sociedad juvenil de San Antonio Oeste. El CEM 29
atiende alumnos de todos los sectores socioeconómicos de nuestra comunidad.
Solo 40 de dada 100 alumnos que ingresan terminan el ciclo secundario.
San
Antonio Oeste. La profesora Judith Michalsewsky,
titular del Centro de Educación Media N° 29 de esta localidad, señaló que los
chicos no visualizan al conocimiento como pasaporte al futuro y como
herramienta para superar las dificultades que a lo largo de la vida se les puedan
presentar, y señaló que el desgranamiento alcanza al 60% de los alumnos del
ciclo secundario. La docente graficó que de cada 100 chicos que inician el
secundario, apenas 40 lo completan y que luego, pasados los años los vuelven a
ver en escuelas de adultos, porque la realidad les demostró que precisan el
título secundario para acceder a cualquier actividad laboral mínimamente
calificada y que cuando les cuentan esto a los alumnos adolescentes no le
prestan mayor atención.
La docente, en una entrevista por LRG
448 “Marítima FM”, señaló que a pesar de las facilidades que hoy se
brindan para que los alumnos puedan estudiar, los mismos no se sienten
mayormente atraídos para usarlos, como por caso con las notebook que por medio
del programa nacional “Conectar Igualdad” se les proveyó, no las utilizan en
todo su potencial, ya que con suerte se limitan a buscar el material mínimo que
puedan encontrar, en lugar de aprovechar todo lo que las mismas le pueden
brindar. A la hora de hablar de la “brecha tecnológica” habida cuenta la
calidad de “Nativos Digitales” de los jóvenes contemporáneos y la posibilidad
de trabajar con esos equipos, Michalsewsky señaló que le consta que los chicos
manejan muy bien todo lo que las nuevas tecnologías les permiten, pero no en
función de la educación.
Al hablar de la principal peculiaridad del
establecimiento a su cargo que congrega alumnos de todos los sectores
socioeconómicos de San Antonio Oeste, señaló que los jóvenes se agrupan en
distintas comunidades y no interactúan frecuentemente entre ellos, “van a la
misma aula, a lo largo de los cinco años que cursan pero la interacción entre
ellos, tanto en las obligaciones educativas
como deportivas, sociales o culturales son mínimas” y reconoció que no es raro
encontrar, durante la jornada educativa y en el interior del establecimiento, a
jóvenes obnubilados por alcohol o drogas. Al preguntársele respecto a cómo
atendían estas situaciones, la docente expresó que se da cuenta a los equipos
técnicos y a sus familias, pero en estos últimos no suele encontrarse mayor
eco.
Cuando se le preguntó si era cierto que suelen
producirse problemas con progenitores que reciben planes de asistencia social,
que incluyen la obligación de escolarizar a sus hijos, que pretenden que la
escuela les certifique asistencia para cobrarlos y ante la negativa por las
reiteradas y sostenidas inasistencias se les niega reciben insultos y amenazas,
Michalsewsky señaló que es verdad, y que con la actual normativa, por la que los alumnos no quedan
libres por inasistencias, un alumno que solo concurrió el primer día de clases
y hasta la fecha no regresó a la escuela, técnicamente es un alumno regular y
si hoy le piden un certificado no lo puede negar. Al preguntársele si estas
obligaciones incluyen rendimiento académico del hijo del beneficiario de la
ayuda social, la docente señaló que por lo que ella sabe solo certifican
regularidad, es decir asistencia o permanencia en el sistema.
Michalsewsky señaló que tanto los docentes como los
equipos técnicos buscan motivar a los alumnos para que aprovechen la
oportunidad que tienen y procuran darle el tono más atractivo posible a la
enseñanza pero no solo encuentran el desinterés de los adolescentes sino la
mayoritaria indiferencia de sus padres, que reclaman al sistema que les imponga
a sus hijos los límites y obligaciones que naturalmente éstos debieran
establecerles. LRG 448 “Marítima FM”.-
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