jueves, 31 de octubre de 2013

Recuperar la república

Esto Creo:

El pasado miércoles, el pueblo de la nación Argentina conmemoró el trigésimo aniversario del acto comicial por el cual, tras ungir a Raúl Ricardo Alfonsín como presidente, puso el punto final al gobierno de facto surgido tras el golpe de estado cívico militar del 24 de marzo de 1976.
Tras treinta años de vida democrática, con aciertos, errores y todo tipo de circunstancia esperable de la vida institucional y comunitaria cotidiana, a pesar de las carencias y olvidos, está fuera de toda discusión que ese mismo pueblo y su descendencia, ha hecho propia a la democracia como sistema de gobierno y vida. No se avizora la más remota posibilidad por parte de ninguna corporación o nucleamiento de volver a interrumpir el esquema que permitió hace apenas 4 días recomponer al congreso de la nación por la vía del voto ciudadano, incluso casi sin nada que enturbie esta elección legislativa nacional.
Los argentinos hemos aprendido que la democracia, quizá por lo que cotidianamente vemos, no sea el mejor el sistema de gobierno, pero al menos es el mejor que conocemos, ya que como se demostró el pasado domingo, con cada voto emitido, los ciudadanos se ocuparon de corregir los errores que a su entender pudieran haber cometido quienes en su nombre gobiernan, y mandaron a cuidar a sus nietos a aquellos que según entendieron no cubrieron sus expectativas, o bien dejaron el “las gateras” a aquellos que pensaron que  no estaban a la altura de lo que ellos como mandatarios entendían que tendrían que hacer a la hora de representarlos. Como queda visto la Democracia es una realidad concreta y tangible entre los argentinos.
Ahora bien, en estos 30 años con sus falencias y carencias la democracia está “vivita y coleando”, por lo que en el lógico proceso evolutivo, resta ahora, recuperar La República, es decir el mecanismo por el cual dentro de un gobierno democrático se concreta y efectiviza el mandato “Del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” .
Desde “las Bases” que dieron sustento a la constitución que nos rige como “Ley de Leyes”, Juan Bautista Alberdi, señaló la importancia de la división del gobierno en tres poderes diferentes e independientes, de tal suerte que actúen “a modo de frenos y contrapesos” y que ninguno tenga preeminencia sobre el resto. No hay que explayarse mucho ni detenerse demasiado en comprender que el actual gobierno nacional es de raíz democrática ya que surgió de la categórica expresión del 54% del pueblo de la nación Argentina hace dos años atrás, pero no necesariamente es “Republicano”, porque ha avanzado cuanto le ha sido posible sobre el legislativo y judicial y colonizado con sus conmilitones cuanta instancia de poder exista en el esquema del gobierno, sea este nacional, provincial, municipal y hasta en los órganos autónomos.
Por eso ante el hecho auspicioso de la consolidación del sistema democrático en nuestro país, lo que resta de aquí en más y de manos, entre otros, de quienes el domingo pasado fueron proyectados a sus bancas, surge la necesidad que nosotros como ciudadanos, es decir sus mandatarios, les hagamos llegar con absoluta precisión nuestra demanda que trabajen para la recuperación y puesta en vigencia de la república, es decir la suma de todas las voces y todas las voluntades, para felicidad de todos.

Recuperando la República, habremos de completar el proceso que el pueblo de la nación Argentina eligió y puso en marcha hace 30 años atrás y que antes de ayer conmemoramos. Julio Ramón ALCALDE.-

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