Durante la última quincena de octubre se realizaron tareas
de perfilado de aislación en las líneas de media tensión 33 kV troncales de
abastecimiento a San Antonio Oeste, Las Grutas, Catriel y Campo Grande.
Dicha actividad, enmarcadas dentro del Plan de Mantenimiento
anual, permitirá mejorar aspectos de confiabilidad de servicio, permitiendo
detectar en forma preventivo los elementos constituyentes degradados –
aisladores – cuyo recambio eliminará una posible falla intempestiva,
mejorándose de este modo aspectos de confiabilidad de la instalación,
minimizando cortes de energía y energía no suministrada.
Los aisladores por lo general se construyen de porcelana
esmaltada o vidrio. También se han desarrollado aisladores antivandálicos
construidos con polímeros (plásticos).. La falla dieléctrica más común de los
aisladores es su contorneo por lo cual resulta relevante el tratamiento de la
superficie. Los aisladores de porcelana son totalmente estables, es decir, no alteran
sus características dieléctricas a lo largo del tiempo, pero a
veces, la polución ambiental, el polvo, el guano de las aves
– una situación común en LAT 132 kV Alicurá – Bariloche – que se paran en los
cables o la bruma salina con altas concentraciones de sólidos en aquellas
líneas cercanas al mar, “rompen” la capacidad dieléctrica del aislador y
entonces se suceden fallas en la línea. Cuando eso sucede, se genera un arco
voltaico cuya temperatura consume y puede hasta vaporizar el residuo que produjo
la falla.
Las tareas de perfilado consisten en la medición del campo eléctrico
alrededor de cada uno de los aisladores componentes de una cadena. Un sensor
recorre la totalidad de la cadena de aisladores y toma muestras de campo
eléctrico sobre cada aislador de porcelana. Los perfiladores mantienen en
memoria la trayectoria de los aisladores electrónicamente, por lo cual no queda
sujeta la medición al criterio del operador de línea. La información es
almacenada y luego es procesada por una PC. Esto ayuda a desarrollar las
características de los ciclos de vida de distintas cadenas, crear programas de
mantenimiento, reconocer áreas de alta polución, y, por supuesto, determinar
aisladores con deficiencias que requieren un reemplazo.
Es una tarea minuciosa que implica recorrer toda la línea y
analizar aislador por aislador a fin de determinar que sus características
cumplan con los requerimientos y parámetros técnicos necesarios para cumplir su
función.
Fuente: Edersa
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