domingo, 29 de marzo de 2015

▲Sobre los aviones hidrantes y la ética en el ejercicio de la función pública.


25 mar 2015 — Vale la pena aclarar que la petición por los aviones hidrantes es apartidaria, ya que detener el fuego y la destrucción que provoca es una inquietud de todos sin diferenciación política alguna, y ante todo un beneficio para nuestro planeta.

Dicho esto, es necesario que sepamos cómo se destinan los recursos públicos del Estado Nacional, ya que es la forma de organización que adopta nuestro país; y entre otros roles debe preservar el patrimonio natural, según el artículo 41 de la Constitución Nacional.

A propósito de esto, hacia fines del año 2012, la Presidente de la Nación anunció una inversión de 57 millones de pesos en la compra de 26 aviones hidrantes. Tras la emergencia en Chubut y la necesidad de utilizarlos, fuentes del gobierno nacional salieron a admitir que no se habían comprado. "En realidad el anuncio fue la incorporación de la flota, pero a través de una licitación para alquilarlos" aclararon.

"A los que quieren provocar incendios, acá tienen una brigadista", dijo Cristina Kirchner aquél 28 de diciembre, al presentar la compra de 26 aviones hidrantes por 57 millones de pesos para el Plan Nacional del Manejo del Fuego. "Esta es una inversión de más de 100 millones de pesos, más la preparación anual de 300.000 pesos que se gasta en la capacitación de los brigadistas, es realmente una cosa muy importante" agregó la mandataria. Según fuentes del sector aeronáutico, un avión hidrante básico cuesta a precio de lista entre 1 y 1,5 millones de dólares, dependiendo de su autonomía de vuelo y la capacidad de carga de agua. O sea que sólo alcanzaba lo anunciado para comprar entre seis y ocho aviones hidrantes, algo que finalmente tampoco se concretaría. 

Del mismo modo, antes de ser despedido y tildado de "inoperante" el pasado mes de febrero, el por entonces titular del Sistema Federal del Manejo del Fuego, Jorge Barrionuevo, había asegurado que las 26 aeronaves estaban operativas. Dicha afirmación era igualmente falsa. Los brigadistas que trabajan en Chubut denunciaron la falta de instrumental para combatir el fuego. "El Estado nos provee la ropa ignífuga, pero cuando se expone a altas temperaturas, se encoje toda. Además solo tenemos 6 aviones hidrantes", aseguró Rubén Solís, miembro de la brigada.

Esto pone sobre el tapete que tanto Cristina Kirchner como Jorge Barrionuevo mintieron sobre los aviones hidrantes, y hoy tras un mes de incendios fuera de control, destrucción de bosques milenarios, pérdida de fauna, derretimiento de glaciares y otras secuelas que acarrea el fuego, las falsas promesas duelen más que nunca y la desidia gubernamental queda en evidencia. Ahora está en riesgo la integridad del Parque Nacional Los Alerces, y solo las lluvias podrían detener el avance de las llamas.

A este contexto se suma información indignante que se relaciona directamente con la falta de prioridades de los funcionarios del gobierno nacional. Por un lado la agencia de noticias OPI Santa Cruz detalló en un artículo como la presidencia utiliza el Tango 03, con su respectivo gasto operativo, para el transporte de diarios desde Buenos Aires a Santa Cruz cuando Cristina Kirchner así lo desea. Por otra parte, el blog de investigación Eliminando Variables, sacó a la luz que mediante una contratación directa, imputada al presupuesto 2015, el Estado Nacional adquirirá para la PFA una aeronave de lujo para transporte de hasta 9 pasajeros, por un valor de entre 8,5 y 9 millones de dólares, unos 79 millones de pesos a valor actual, cuando la fuerza ya cuenta con otras 5 aeronaves de similares características. "En tanto la flota aérea de dicha fuerza sigue creciendo sin inconvenientes, aún queda por determinar las razones por las cuales el gobierno nacional no ordenó de manera urgente que se les diera prioridad a los aviones hidrantes. El avión de transporte ejecutivo de la PFA no encaja en un esquema de prevención de desastres, que tiene tantos flancos débiles que debe depender de las fuerzas de la naturaleza, de media docena de aviones alquilados a empresas privadas y de las naves llegadas del extranjero para terminar con los grandes incendios" reflexionaron los autores del mencionado blog. 

Como ciudadanos, tenemos que exigir que los funcionarios cumplan con el deber que su cargo les demanda, conforme a la Ley 25.188 de ética en el ejercicio de la función pública. También debemos reclamar que se utilicen los fondos públicos de forma estratégica y adecuada según las necesidades eventuales. Y por último, roguemos que la naturaleza ayude con precipitaciones a extinguir el fuego que la mano del hombre ha iniciado en su perjuicio.


Por: Damian Fernandez Ginzery
La Plata, Argentina


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