jueves, 14 de diciembre de 2017

La conferencia de prensa que protagonizó en el Congreso la expresidenta la semana pasada invita a reflexionar sobre uno de los pactos más aberrantes que firmó en su historia la República Argentina.
No debemos entrar en el laberinto jurídico sobre la tipificación penal del mismo, si corresponde la prisión preventiva de sus autores, como así también el desafuero de la Sra. Kirchner y si es o no delito.
Lo que tenemos que preguntarnos como argentinos es qué pudo haber pasado para que nuestras instituciones hayan firmado, pactado y aprobado impunidad para actos terroristas avanzando sobre el Poder Judicial y traicionando a compatriotas nuestros.
La expresidenta mintió en forma descarada en esta conferencia porque no dio ningún detalle de lo que realmente se firmó, sino que se presentó como perseguida de un acto en el que se siente avalada por la aprobación legislativa, sin manifestar que ocultó información y que no permitió el más mínimo debate; más aún, dio la orden de que no se cambiara ni una coma.
Incluso, sin la más mínima vergenza, manifestó que Bonadio "ejecuta la partitura" del presidente Mauricio Macri. ¿Habrá sido un lapsus de su parte para ocultar inconscientemente que ella fue la ejecutora de una partitura diseñada por los autores del atentado?
No debemos olvidar que ahora está saliendo a la luz que la redacción del Memorándum no contó con ningún estudio ni dictamen de funcionarios de la Cancillería, sino que se trató de un texto redactado en el exterior, traído por el excanciller Héctor Timerman después de una reunión con funcionarios iraníes, en el que le acercaron el proyecto que ellos pretendían.
Oposición
Es por ello que los tres senadores por Salta (Sonia Escudero, Juan Carlos Romero y quien suscribe este artículo ) nos opusimos en forma terminante y fundamentamos nuestra oposición en que el Congreso no puede avalar pactos de impunidad.
Debemos recordar que estaba en marcha una investigación de un atentado en el que murieron 85 ciudadanos argentinos, a manos de un comando terrorista que respondía al régimen iraní; o sea que se trató de una agresión externa, por lo que está claro que encubrirla es un acto de traición y de encubrimiento.
Como dijo la madre de una única hija, muerta en ese atentado: "Negociaron sobre nuestros muertos".
Alguien propuso, en una imagen muy fuerte, si nos podemos imaginar al presidente de Estados Unidos negociando el encubrimiento de los hechos perpetrados en las Torres Gemelas.
Para tener dimensión de lo bochornoso de este tratado es conveniente hacer mención a los siguientes items:
- Se elevó al Congreso sin ningún antecedente que lo explicara y fundamentara, y con la instrucción de no cambiarle ni una coma.
- Se impidió toda discusión y debate.
- No se aceptó citar al fiscal de la causa para que opinara sobre el texto.
- Al tiempo de debatirlo existía orden de captura contra el fiscal argentino por parte de Irán y en el tratado se convenía que la Justicia argentina debía tomar declaraciones en Irán y no en Argentina. Esta cláusula no solo es entrega de soberanía sino avasallamiento sobre el Poder Judicial.
¿Alguien se puede imaginar que era posible detener a jerarcas del régimen iraní en su propio territorio?
- Se levantaban las alertas rojas, otro avasallamiento a las órdenes judiciales.
Nunca debemos olvidar que este hecho fue el acto más aberrante llevado a cabo por el gobierno anterior, negociando intereses económicos sobre la muerte de argentinos y con el posterior asesinato de un fiscal que investigaba el delito de encubrimiento, para no repetirlo y teniendo como lección que el Congreso no debe aceptar imposiciones que avasallen al Poder Judicial.
Sirva este artículo como homenaje al periodista Pepe Eliaschev que anticipó lo que se estaba negociando en forma secreta y espuria, que fue vilmente atacado y calumniado con el argumento de que se trataba de una vil mentira.

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